La artista se crió en el barrio Yungay, rodeada de un ambiente bohemio en el corazón de Santiago de Chile. Estudió Bellas Artes y siempre se involucró activamente en las marchas reivindicativas de los estudiantes. La calle representó un espacio expresivo para esta generación de artistas comprometidos con las causas sociales, como los derechos de los mapuches y de las mujeres.

Paula se especializó en el arte de la serigrafía, imágenes en estampados y pintura en el espacio urbano que impactan por su alta calidad artística. Para ella, el arte es un arma con la que se puede cuestionar al Estado, difundir una lucha y también volver a las raíces contando historias que formaron la cultura de nuestros pueblos.