de Pol Corona + Jaime Molina
Mirar al tren. Aunque no sea expreso. Sonreír, conmover y también acompañar. Al trabajo o de regreso. Para muchos, saludo matutino estacional: de Hipólito Yrigoyen a Constitución. Presenciar el viaje, despedir al pasajero. Un muro predestinado al espectáculo ferroviario. Música sincopada de bulones para Telmo y Asela que levantan sus manos desde el muro, francas, abiertas, inocentes. Chau tren! Ternura de saludo sin razón que acompaña un trayecto que se repite, rítmicamente, y a unos viajeros-espectadores que se renuevan en cada pasada, deseándoles un buen viaje.
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Ternura de saludo sin razón que acompaña un trayecto que se repite, rítmicamente, y a unos viajeros-espectadores que se renuevan en cada pasada.